Los esquiladores, Trashumancia y Naturaleza
La asociación Trashumancia y Naturaleza procedía a la esquila de su rebaño de 1.100 ovejas merinas en su majada de la Sierra de Guadarrama en Madrid. Es una cita esperada y no es para menos: y es que la esquila marca, como si de un ritual se tratara, el inicio de una nueva temporada de trashumancia. No sólo sella el inicio de la primavera, sino que apuntala los pasos previos que hay que dar para preparar al rebaño de cara a la trashumancia de verano.
Concha Salguero, coordinadora de proyectos internacionales de Trashumancia y Naturaleza, explica: “La esquila requiere la colaboración de muchas personas de apoyo: además de los esquiladores es fundamental recoger los vellones, llenar las sacas haciendo una primera clasificación, barrer y retirar suciedad para que la lana se manche lo menos posible y, por supuesto, pisar los vellones para comprimirlos y luego trasladar las sacas hasta el sitio donde las recogerá el transportista”.
En esta ocasión, la asociación ha querido aprovechar esta fecha señalada para visibilizar la importancia de los oficios que giran en torno a la lana y reivindicar su importancia como motores de desarrollo rural. La esquila, el sorteo (clasificación por calidad), el lavado, el cardado, el hilado de la lana y, por supuesto, el pastoreo, son actividades fundamentales para la pervivencia de los sistemas pastoriles y para mantener viva la tradición lanera del país y darle un futuro.
La falta de relevo generacional en el oficio de esquilador en España, es un hecho, hace imprescindible la búsqueda de mano de obra exterior, que en muchas ocasiones proviene de países que mantienen la tradición como Argentina o Uruguay. Pero no es sólo el relevo generacional lo que provoca la falta de mano de obra. En ocasiones también lo es el ser un oficio denostado, situación que desde la Agrupación de Esquiladores Españoles están intentando revertir mejorando la formación, la defensa de la profesión ante diversas instituciones, y la obtención de precio digno por esquilar.
En este sentido, Trashumancia y Naturaleza considera fundamental proponer un programa de formación de esquiladores y esquiladoras a nivel estatal, aprovechando fondos como los Next Generation. “España es un país muy necesitado de esquiladores y, al mismo tiempo, uno de los países de la UE que más fondos recibe para formación”, comenta Salguero. “Resulta sorprendente que estos fondos no se hayan utilizado para establecer un programa para formar a jóvenes. Con todo ese saber que perdura y todo el que crean los esquiladores de otros países podríamos formar a jóvenes expertos en una profesión con demanda y con futuro”, asevera.
Una vez guardada en sacas, la lana se debe lavar para eliminar las impurezas y su propia grasa natural. Aquí comienza otro viaje para Trashumancia y Naturaleza: la pérdida de lavaderos de lana en España ha sido casi total. “Hasta hace unos años la enviábamos a lavar a Béjar (Salamanca) pero, tras el cierre del lavadero la hemos tenido que mandar a Tabares (Portugal)”, explica la misma Salguero. ”Aunque, en ambos casos, siempre teníamos el problema de la espera y el coste para pequeñas cantidades como la nuestra”.