Todos los años, nada más asomar mayo, unos cuantos «personos e personas» («boas tardes a todos e todas», dice el presidente de unos y unas) se aplican a hacer bolos a cuenta de un cadáver resucitado por méritos propios o en razón de escalafón. Algunos asistentes habituales a la puesta en escena ya hace tiempo que vienen insinuando la posibilidad de ampliar el catálogo de turiferados/as, sugiriendo con ello la posibilidad de que las honras del 17 de Maio dejen de ser exclusivamente individuales y post mortem y, en consecuencias, puedan también ser tributadas a empresas, colectivos y sociedades, incluso aunque todavía continúen viviendo y coleando entre nosotros. Se trataría, pues, de ampliar el santoral: no exclusivamente difuntos/as, no exclusivamente...
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