Max Verstappen, la vida fuera del asfalto del número uno de la parrilla de la F1
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Fuera de la pistas, el belga, hijo del piloto de F1 Jos Verstappen y de Sophie Kumpen, también dedicada al mundo del motor, lleva una vida al lado de la inseparable modelo e 'influencer' Kelly Piquet, de 33 años, que previamente se graduó en Relaciones Internacionales con una especialización en Ciencias Políticas y Economía en Nueva York.
Tienen mucho en común. Al igual que el piloto, ella lleva la adrenalina y el motor en la sangre. Es hija del tres veces campeón Nelson Piquet, uno de los mejores corredores de la historia del deporte, además de ser hermana de Nelsinho Piquet, cuya carrera en los circuitos terminó después de haber denunciado a Flavio Briatore por obligarle a producir un accidente que favoreciese a Fernando Alonso.
Max Verstappen y Kelly PiquetPrecisamente el automovilismo fue lo que les unió. Comenzaron a salir en 2020 después de que Verstappen rompiese su relación con una estudiante alemana, Dilara Sanlik, con la que estuvo saliendo un año tras un largo historial de cortas conquistas. Coincidió en el tiempo con la separación de Kelly Piquet con el piloto ruso Daniil Kvyat, con el que tuvo a una hija, Penélope. Desde entonces, Piquet parece ser el talismán de Verstappen.
Cuando el piloto no está sobre las pistas o entrenando en el gimnasio, pasa la mayor parte del tiempo posible con Piquet. El resto del tiempo lo dedica a otra de sus pasiones: a competir en carreras virtuales. A sus viajes siempre lleva un kit de PlayStation para poder jugar al FIFA.
Pasión por el fútbol
Otra de sus grandes aficiones es el fútbol. Desde bien pequeño ama este deporte, destacando su admiración por el Barcelona y por el fallecido Johan Cruyff, como ha confesado en varias ocasiones. También por las películas de comedia y su fobia a las arañas y a los tiburones.