Cuidados, sobrecuidados y codependencia
Hasta d?nde deben involucrarse y apoyar a otro y en qu? momento deben soltar, es una de las preguntas m?s recurrentes en el consultorio entre los familiares de un adicto o de alguien con un padecimiento mental o emocional, cuando est?n iniciando el proceso de entender la enfermedad y c?mo esta le afecta a cada uno de los miembros del sistema familiar.
Cuando les respondemos con los principios b?sicos de la codependencia y la adicci?n, haciendo la diferencia entre el amor firme y el sobrecuidado sin l?mites, normalmente no entienden y se preguntan c?mo es posible que alguien les est? sugiriendo que los dejen sufrir solos.
?C?mo es posible que me pida que lo deje?, suelen preguntar. La respuesta es que nadie les est? solicitando ser aut?matas o indiferentes ante la enfermedad del otro, sino m?s bien entenderla, saber c?mo tratarla y, con l?mites y amor firme, tratar de hacer lo que les corresponde, dejando que el enfermo tambi?n haga lo suyo y teniendo fe de que la divinidad o el Poder Superior, como cada uno lo entienda, har? lo que le corresponde.
Recientemente, en una pl?tica que oscilaba en el lado opuesto de la necesidad de cuidar de alguien que est? enfermo, nos topamos con el otro polo, de cuando quien padece la enfermedad prefiere aislarse y le pide a los dem?s que no se acerquen porque considera injusto que ellos padezcan la consecuencia.
En medio de la charla surgi? la met?fora de cuando una persona tiene un accidente que cambia su salud e incluso su cuerpo por el resto de sus vidas, lo cual amerita que el resto de sus cercanos aprendan a vivir con esta nueva circunstancia y bajo ning?n motivo ser? momento de abandonar a quien est? sufriendo.
Si un familiar o tu pareja o t? tienen un accidente o una enfermedad de esas que nadie desea y cambian la vida para siempre, evidentemente no querr?s abandonar, sino que, desde el amor incondicional, aprender?s a vivir ante esta nueva forma que se les presenta y, en muchas ocasiones, incluso ser?n momentos que terminan uni?ndoles m?s al descubrir nuevos valores que a veces no se aprecian cuando estamos en la zona de confort.
En las intervenciones familiares cuando abundamos en estos conceptos, comentamos que la clave estriba entre saber diferenciar lo que es cuidar con amor incondicional, lo que sobrecuidar y lo que es desarrollar la codependencia y entrar al c?rculo patol?gico de las relaciones interpersonales.
Nos gusta, sobre todo en conferencias o talleres, pero tambi?n en el consultorio, explicar a trav?s de la met?fora de las mascarillas de ox?geno en un avi?n. Cuando volamos, antes de despegar, la tripulaci?n nos recuerda de que, en caso de despresurizaci?n de la cabina, bajar?n las mascarillas con ox?geno, mismas que debemos colocar primero en nosotros y, en caso de estar acompa?ado de un menor o de un adulto mayor, entonces ayudarles a ellos. En otras palabras, ponernos a salvo nosotros para poder ayudar al otro.
Esa es la met?fora que nos ense?a lo que es cuidar con amor incondicional, con responsabilidad y con empat?a. Ponerme a salvo yo para poder ayudarte a ti. Dicho de otra forma, evitar hundirme contigo, puesto que uno de los dos debe estar bien para poder levantarse.
En lado contrario, practicar el sobrecuidado es el inicio de una relaci?n disfuncional en el que el cuidador vive en la angustia y la ansiedad de que el otro est? sufriendo, adem?s de impedir que el enfermo desarrolle las habilidades que debe desarrollar y, por ende, se vuelva dependiente de quien le cuida. Ambos entran en zona de riesgo.
El ?ltimo nivel, patol?gico y disfuncional, es el del cuidar por codependencia para ocultar la necesidad del cuidador de controlar al otro, la necesidad de ?ste en ser rescatado y, por supuesto, el nacimiento del tri?ngulo t?xico en el que se llevan cuentas y se cobran facturas que lo ?nico que hacen es afectar la salud de ambos y destruir la forma sana de relacionarse y la posibilidad de que alguno de ambos evolucione.
Esta reflexi?n no es exclusiva de hogares donde hay adicciones o enfermedades, sino una invitaci?n a revisar desde donde nos estamos relacionando con los dem?s en un mundo en el que, como vemos todos los d?as en las noticias, los valores se han perdido y la descomposici?n social nos est? haciendo mucho da?o.
Aprendamos a cuidarnos a nosotros mismos y a cuidar de otros con amor incondicional y sin expectativas, igual que dejemos que otros nos ayuden cuando sabemos que lo hacen con desinter?s y sabiendo que ninguno de nosotros puede caminar solo.
Tengamos todos excelente semana.