COVID largo en personas vacunadas: cuáles son los efectos secundarios más frecuentes
De acuerdo a una nueva investigación, las personas vacunadas con infecciones leves de COVID pueden experimentar síntomas persistentes que afectan al corazón, el cerebro, los pulmones y otras partes del cuerpo. Más detalles del estudio.
Los países avanzan a ritmo sostenido con sus campañas de vacunación y los casos de coronavirus bajan lentamente en el mundo tras el impacto de la variante Ómicron en diciembre y enero. En Argentina, se llevan aplicadas 101.147.280 de vacunas y 37 millones de personas tienen el esquema completo (dos dosis).
A nivel global, de acuerdo a los datos de OurWorldInData, el 65% de la población mundial ha recibido al menos una dosis del suero contra el coronavirus, y se llevan administradas 11.810 millones de dosis.
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A pesar de que las vacunas resultan efectivas a la hora de prevenir los contagios por el virus, hay que tomar en cuenta que no son 100% efectivas: algunas de las personas que están totalmente inmunizadas pueden incluso adquirir la infección si hay circulación del virus en su comunidad.
En este marco, la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y el Sistema de Atención Sanitaria de Asuntos de Veteranos de St. Louis, Estados Unidos, fueron los encargados de realizar una investigación sobre los efectos del covid largo en personas vacunadas. Los datos fueron extraídos a partir del estudio de más de 13 millones de personas en Estados Unidos.
COVID largo en personas vacunadas: ¿que se descubrió en la investigación?
Una de los principales hallazgos del estudio fue que las personas vacunadas con infecciones leves de COVID-19 pueden incluso experimentar síntomas debilitantes y persistentes que afectan al corazón, el cerebro, los pulmones y otras partes del cuerpo.
Asimismo también se descubrió que la vacunación contra el covid reducía el riesgo de muerte en un 34% y el riesgo de contraer el COVID prolongado o de larga duración en un 15%, en comparación con los pacientes no vacunados infectados por el virus.
Las vacunas demostraron ser más eficaces para prevenir algunas de las manifestaciones más preocupantes del COVID prolongado como los trastornos pulmonares y de la coagulación de la sangre, que se redujeron en un 49% y un 56%, respectivamente, entre quienes se vacunaron.
"Las vacunas siguen siendo de vital importancia en la lucha contra la COVID-19, afirmó el primer autor del estudio, el doctor Ziyad Al-Aly, epidemiólogo clínico de la Universidad de Washington.
Los investigadores clasificaron a los pacientes como totalmente vacunados si habían recibido dos dosis de las vacunas de ARN mensajero de Moderna y Pfizer-BioNTech o una dosis de la vacuna Johnson & Johnson/Janssen. En el momento en que se realizó la investigación, la base de datos utilizada para este estudio no incluía información sobre si los pacientes habían recibido refuerzos.
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"Ahora que entendemos que el COVID-19 puede tener consecuencias persistentes para la salud incluso entre los vacunados, tenemos que avanzar hacia el desarrollo de estrategias de mitigación que puedan aplicarse a largo plazo, ya que no parece que el COVID-19 vaya a desaparecer pronto", afirmó Al-Aly, jefe de investigación y desarrollo en el Sistema de Atención Médica de Veteran Affairs St. Louis.
Y agregó que será necesario desarrollar urgentemente capas adicionales de protección que puedan aplicarse de forma sostenible para reducir el riesgo del covid largo, tales como vacunas nasales más cómodas o potentes que las inyecciones actuales, u otros tipos de vacunas o fármacos.
"Contraer el COVID-19, incluso entre las personas vacunadas, parece casi inevitable hoy en día", expresó Al-Aly, señalando que entre el 8 y el 12% de las personas vacunadas que se infectan con el coronavirus pueden desarrollar el COVID largo.
Cuáles son las secuelas más frecuentes
Además de los problemas en el corazón, el cerebro y los pulmones, otros síntomas asociados al COVID largo incluían:
- trastornos en los riñones,
- la coagulación de la sangre,
- la salud mental,
- el metabolismo
- los sistemas gastrointestinal y musculoesquelético.
Además, se descubrió que el riesgo de COVID largo era un 17% mayor entre las personas inmunodeprimidas vacunadas con infecciones intercurrentes, en comparación con las personas previamente sanas y vacunadas que experimentaron infecciones intercurrentes.
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Un análisis de 3.667 pacientes que fueron hospitalizados por el COVID-19 y que ya esaban vacunadas mostró que experimentaron un riesgo de muerte 2,5 veces mayor que las personas que fueron hospitalizadas por gripe. También tuvieron un riesgo 27% mayor de COVID largo en los primeros 30 días después del diagnóstico en comparación con 14.337 personas que fueron hospitalizadas con gripe estacional.