La Comunidad Política Europea, el proyecto de Macron para ampliar el espacio de la Unión a los países que no cumplen los requisitos de entrada

La Comunidad Política Europea ha quedado inaugurada este jueves 6 de octubre en Praga, la capital checa que ostenta la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, con el encuentro de los 27 líderes políticos de la UE al completo y de otros 17 países continentales más, entre ellos Reino Unido, Turquía, Ucrania, los Balcanes occidentales, Armenia y Azerbaiyán.

El objetivo de la cita, proyectada por el presidente francés, Emmanuel Macron, es “fomentar el diálogo político y la cooperación” y “reforzar la seguridad, la estabilidad y la prosperidad del continente europeo”, tal y como destaca el Consejo Europeo. 

La idea de la Comunidad Política Europea es proyectar un bloque europeo más amplio que incluya a países que no están en la UE, ya sea porque están esperando a entrar (como Ucrania), porque no quieren entrar (como Turquía) o porque se han ido (como Reino Unido) para que debatan temas vinculados con el clima, la energía, la migración, la paz o la seguridad. 

Este objetivo es el mismo que persiguen organizaciones que ya existen y cuyas determinaciones son vinculantes como el Consejo Europeo de Estrasburgo o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en París. Por tanto, la creación de este espacio de debate podría estar más enfocado a lanzar un mensaje de unidad frente a Rusia y Bielorrusia para acentuar el aislamiento de ambos países.

La Comunidad Política Europea: un espacio de debate sin poder real para legislar

El 9 de mayo, el Día de Europa, Macron propuso crear una organización más amplia que la UE que permita articular una nueva estructura política donde “las naciones europeas y democráticas” puedan debatir sobre temas vinculados con la energía o la seguridad. Este foro, que el presidente francés bautizó como Comunidad Política Europea, permitiría incluir a países como Ucrania o Moldavia, todavía lejos de formar parte de la UE.

“Para reunir a nuestra Europa en la verdad de su geografía, sobre la base de sus valores democráticos, la Unión Europea no puede ser la única respuesta. Para estructurar políticamente nuestro continente, deseo iniciar una reflexión sobre una Comunidad Política Europea”, declaró Macron en un discurso ante el Parlamento Europeo.

Un mes después, el Consejo Europeo debatió la propuesta de Macron y concluyó que el foro “no sustituirá a las políticas e instrumentos actuales de la UE, en particular la ampliación, y respetará plenamente la autonomía decisoria de la Unión Europea”.

Por tanto, la nueva entidad nace como un mero espacio de debate porque las propuestas que se alcancen no tendrán ningún poder vinculante. Así lo percibe José Ángel López, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas en conversación con Newtral.es. “No se está planteando que se convierta en una organización internacional, solo será un foro de diálogo”, precisa.

El experto señala que ya existen estructuras como el Consejo Europeo de Estrasburgo o la OCDE pero estas sí tienen vinculación jurídica. “Una organización internacional precisa que todos los países que la conformen estén de acuerdo en los objetivos comunes para los que se crea, algo que no ocurre entre los Estados invitados a la Comunidad Política Europea, más allá de los 27”, continúa López.

La nueva Comunidad lanza un mensaje a Rusia y Bielorrusia para ahondar en su aislamiento

Charles Michael, el presidente del Consejo Europeo, enmarca la creación de la Comunidad Política Europea en las “dramáticas consecuencias de la guerra de Rusia”, tal y como expone en su carta de invitación al evento a los líderes europeos. 

“La ambición es reunir a los líderes en igualdad y fomentar el diálogo político y la cooperación en cuestiones de interés común”, resalta Michael. No obstante, advierte que “no se prevé ningún resultado formal por escrito de la Comunidad Política Europea”.

Para López, el objetivo del proyecto es lanzar un mensaje a Rusia y Bielorrusia de su aislamiento en Europa y en la arena internacional. Un error, para el experto. “Hay que pensar en el largo plazo, porque Putin no es Rusia”. El experto entiende que “este no es el momento”, sin embargo, “hay que incluir a Rusia como un vecino más dentro del continente europeo para evitar que cada vez se desplace más hacia Asia”.

Las dificultades de este nuevo foro de debate: Reino Unido, Turquía, Serbia o Nagorno-Karabaj

Si el objetivo de la Comunidad Política Europea es debatir, materializarlo en un diálogo fructífero entre decenas de líderes con agendas variopintas será todo un logro. El tablero sobre el que se asienta la Comunidad es bastante complicado, más allá de la guerra rusa en Ucrania. 

Por un lado, las relaciones entre el Reino Unido y el resto de la UE desde el Brexit. Por otro, las exigencias de Turquía para condicionar la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia. 

Además, el conflicto en Nagorno-Karabaj, la región ubicada en Azerbaiyán pero de población mayoritariamente armenia. También Serbia, cuyas decisiones ambivalentes parecen distanciar cada vez más al país balcánico de la Unión en favor de Moscú. O Transnistria, la región de Moldavia que mantiene décadas un gobierno prorruso semi independiente. Una situación parecida a la que vive Osetia del Sur y Abjasia, los dos Estados prorrusos de Georgia.

La inspiración de Macron: otros proyectos políticos para abrir el diálogo en Europa

La Comunidad Política Europea no es una idea nueva. Macron se inspira en varios proyectos que se han barajado en otras ocasiones pero nunca han sido llevados a término. La Comunidad Europea de Defensa es uno de ellos, también impulsada por Francia y por otros cinco países fundadores de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), el embrión de la actual UE. 

La idea de Macron también se basa en la Confederación Europea, un proyecto lanzado sin éxito por otro jefe de Estado francés en 1989, François Mitterrand. En este caso, el objetivo era organizar Europa tras la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética. Esta idea, a diferencia de la actual, sí pretendía integrar a Rusia.

Según el experto, la propuesta de Macron se suma a su estrategia de marcar el pulso político y tomar las riendas de Europa, una posición que durante más de tres lustros ha ocupado la canciller Angela Merkel. Lo demostró antes de que Rusia invadiera Ucrania el pasado 24 de febrero, multiplicando su actividad diplomática para convertirse en el principal interlocutor entre Putin y Zelenski.