Por qué el indulto de Biden a los condenados por posesión de marihuana puede ser solo el principio
El cánnabis lleva años haciéndose hueco en Estados Unidos, pero son victorias inconsistentes para el movimiento que apoya su legalización. El presidente Joe Biden decidió este mes reparar parte de ese desequilibrio con el indulto a todos aquellos con crímenes federales por posesión de marihuana en Estados Unidos.
La medida tendrá implicaciones directas sobre miles de personas que hasta ahora arrastraban condenas que les impedían obtener algunos trabajos o comprar una casa. También afectará a otros miles de convictos en el Distrito de Columbia de la capital estadounidense, siempre bajo supervisión del gobierno federal.
Pero el bombo del indulto de Biden sobre la marihuana está lejos de corresponderse con lo que los activistas llevan pidiendo desde hace años. Y eso es a dos niveles:
- En el del movimiento de legalización del cánnabis. Porque pese a que ya sean decenas de millones los estadounidenses que viven en estados donde la marihuana es legal, los crímenes por posesión de cánnabis siguen implicando detenciones y condenas.
- En el de la reforma del sistema de justicia criminal. Porque los crímenes relacionados con la posesión de droga suelen afectar de forma desproporcionada a minorías como la afroamericana.
Como casi siempre en Estados Unidos, el perfil racial de las medidas políticas que vemos ahora tiene un pasado turbio. El cánnabis no es excepción. ¿Pero por qué sigue siendo un crimen la posesión de marihuana en Estados Unidos? ¿Qué implicaciones tiene que lo siga siendo? Y sobre todo, ¿en qué medida ayuda a resolver las injusticias presentes en el sistema de justicia criminal estadounidense que Biden tome ahora esta decisión?
La historia de la marihuana en Estados Unidos
Antes del indulto de Biden de este mes, los delitos por posesión de marihuana llevaban años en el punto de mira de los activistas que apoyan la reforma del sistema de justicia criminal. Las principales razones tienen que ver con las raíces raciales y las consecuencias racistas de su criminalización, pero no todo empezó ahí:
- La presencia de cultivo de cáñamo (la planta del cánnabis) en Estados Unidos se remonta a los tiempos previos a la colonización occidental.
- Con la llegada de los ingleses a Norteamérica, la demanda de cáñamo para la fabricación de cuerdas se disparó.
- La industria se fortaleció hasta tal punto que ayudó a vestir a los soldados revolucionarios que lucharon por la independencia de la nación estadounidense.
- Para finales del siglo XIX, la marihuana se había convertido en un producto medicinal de venta en farmacias.
El cambio de paradigma se produjo con el cambio de siglo. Tras la Revolución de México de 1910, la corriente migratoria de mexicanos hacia Estados Unidos llevó al país la popularización del uso recreativo de la marihuana. Y no toda la información al respecto era positiva como se leía en libros conocidos en la época como Las mil y una noches o El conde de Montecristo:
- Las primeras corresponsalías en México a finales del XIX informaban de cómo los efectos la marihuana generaban violencia, locura y crimen entre sus consumidores, según un análisis de archivo realizado por el historiador Isaac Campos.
- Esas informaciones provenían de un México en el que la marihuana ya era impopular con el cambio de siglo con motivo de las referencias a la violencia que generaba su consumo entre indígenas y soldados.
- La narrativa se asentó después en Estados Unidos. El aumento de la retórica xenófoba se correspondió con miedos cada vez mayores hacia el consumo de la marihuana fumada.
- Con la llegada de la Gran Depresión en 1929, el resentimiento hacia la población inmigrante mexicana se consolidó. El cánnabis empezó a marcar su camino hacia la ilegalización.
La marihuana como crimen en Estados Unidos
A primeros de los años 30, la marihuana ya era ilegal más de la mitad de los 48 estados del país. Su consumo era visto como una adicción peligrosa propia de la población de clase baja. Eso incluía a artistas de jazz de ciudades como Nueva Orleans que popularizarían su consumo entre los negros. Pero no fue hasta finales de la década que una figura indispensable en la historia del cánnabis se hizo hueco: Harry Anslinger.
- Anslinger fue el primer funcionario en encabezar la Agencia Federal de Narcóticos que durante años supervisó la prohibición del alcohol en Estados Unidos.
- Tras el fin de la Prohibición en 1933, Anslinger centró su empeño en la marihuana, propagando rumores sobre los supuestos peligros del cánnabis.
- A lo largo de los 30, Anslinger encabezó los esfuerzos por retratar a la marihuana como una droga perniciosa. Según sus declaraciones, generaba violencia, locura y deseos carnales entre sus consumidores.
Las iniciativas de Anslinger se consolidaron en 1937 con la promulgación de la Ley del Impuesto a la Marihuana. La legislación prohibió de facto el cánnabis a nivel federal, sentando las bases del indulto que Biden aprobaría esta pasada semana. Una de las mayores aportaciones de Anslinger fue testificar frente a las cámaras federales. Allí citó una carta que había recibido del editor de un periódico local en Colorado:
«Ojalá pudiera mostrarle lo que un pequeño cigarrillo de marihuana puede hacerle a uno de nuestros degenerados residentes de habla hispana. Esa es la razón por la que nuestro problema es tan grande; el mayor porcentaje de nuestra población está compuesta de personas de habla hispana, muchos de los cuales son de bajo nivel mentalmente por condiciones sociales y raciales».
Pero la historia no acabó ahí:
- Anslinger lideró la Agencia Federal de Narcóticos a lo largo de cinco presidencias, incluidas las de Harry Truman y Dwight Eisenhower. Sus mandatos ayudarían a asentar leyes más estrictas sobre la marihuana.
- Entre 1952 y 1956, dos leyes aumentaron las condenas e hicieron obligatorias las sentencias. La posesión de marihuana pasó a ser un crimen con sentencias mínimas de entre 2 y 10 años de prisión y multas de hasta 20.000 dólares.
- Las sentencias obligatorias cesaron en 1970. Pero las presidencias de Richard Nixon y Ronald Reagan encrudecieron la guerra contra las drogas que reverbera hasta nuestros días.
La guerra contra las drogas
Nixon suele ser reconocido como el presidente que acuñó el término Guerra contra las drogas. De hecho, fue él quien rechazó la recomendación de una comisión que abogaba por decriminalizar y regular la marihuana. En parte, como respuesta al resurgimiento del consumo de cánnabis entre hippies y afroamericanos, generalmente votantes demócratas.
- Pero en realidad el fenómeno se remonta a los tiempos de Anslinger. Y el presidente que de verdad cambió el paradigma fue Reagan en los años 80
- A finales de los 70, referencias sobre el aumento de consumo de marihuana entre menores ayudó a que cristalizara un movimiento de grupos de padres antidrogas a nivel nacional.
- La Primera Dama Nancy Reagan fue una de las mayores impulsoras de esas iniciativas contra las drogas. Su lema ‘Solo di no a las drogas’ se convirtió en uno de los eslóganes emblemáticos.
- El presidente Reagan se apoyó en las cámaras federales para sacar adelante medidas que endurecieron las penas por posesión de marihuana y restablecieron las sentencias mínimas obligatorias.
El foco de la administración de Reagan en las drogas supuso un aumento de los recursos y los poderes federales para su procesamiento.
- El cambio de foco tuvo implicaciones generacionales sobre la comunidad afroamericana, más dada a consumir cánnabis y otras sustancias como el crack.
- Gran parte del problema era que el cánnabis o el crack habían sido catalogadas desde la presidencia de Nixon como drogas más peligrosas que la cocaína o la metanfetamina, más populares entre los blancos.
- Con el endurecimiento de las condenas por parte de Reagan, la Guerra contra las drogas se cebó de forma inevitable con los negros.
La Guerra contra las drogas se tradujo en un enjuiciamiento desproporcionado de la comunidad afroamericana. Según estadísticas de la Unión Americana de Libertades Civiles, y pese al consumo equitativo de marihuana entre negros y blancos, entre 2001 y 2010 era cuatro veces más habitual que un negro fuera detenido por posesión de marihuana con respecto a un blanco.
Por qué ahora el indulto de Biden a la posesión por marihuana
El indulto anunciado por Biden esta pasada semana para las condenas federales por posesión de marihuana responde en gran parte a esas disparidades raciales en los crímenes en Estados Unidos. Pero también es una forma de acercarse a un electorado mucho más dado a aceptar la legalización del cánnabis.
- La mayoría de encuestas apuntan que una abrumadora mayoría de los estadounidenses aprueba la legalización de la marihuana.
- Casi la mitad de los ciudadanos viven en estados donde alguna forma de uso recreativo del cánnabis es legal.
- El 67% de los estadounidenses aprueban el indulto anunciado por Biden, según una encuesta de USA Today e Ipsos publicada este martes.
- Un mismo número aprueba que salgan de prisión todos aquellos condenados por posesión de marihuana que ahora mismo estén en prisiones federales y estatales.
Todo esto pasa a un mes de las elecciones de medio mandato en las que los demócratas se juegan las mayorías en las cámaras federales. La percepción entre el electorado acerca de esta decisión podría influir en algunos de los estados más competitivos.
Implicaciones del indulto de Biden a la posesión por marihuana
La medida de Biden tendrá nula relevancia en las prisiones federales, pues no hay gente entre rejas en las esas cárceles y la mayoría de arrestos y condenas se producen a nivel estatal. Por eso el presidente instó a los gobernadores del país a que reduzcan la dureza de las condenas por posesión de marihuana y lleven a cabo indultos similares.
- Indultos como el de Biden ayudarían a potencialmente cientos de miles de estadounidenses a desquitarse de expedientes criminales por posesión de marihuana.
- Los historiales criminales dificultan la búsqueda de trabajo, la compra de una vivienda o la obtención de ayudas a través de programas públicos estatales y federales.
- Como se ha visto, esos obstáculos afectan de forma desproporcionada a la comunidad afroamericana.
El indulto de Biden por posesión de marihuana afectará a unas 6.500 personas con condenas federales y a otros miles en el Distrito de Columbia. Pero el anuncio podría desencadenar el tipo de cambio de paradigma que lo dinamitó todo en el inicio de la Guerra contra las drogas (y en la que Biden jugó cierto papel a lo largo de su carrera en el Senado).
- Una de las medidas potenciales a tener en cuenta es la de quitar a la marihuana de la categoría federal más alta de sustancias peligrosas. Es una decisión que podría ayudar a la investigación médica del cánnabis y su entrada en firme en el sistema económico estadounidense.
- La otra es influir a la ciudadanía para apoyar medidas de referéndum para la legalización del uso recreativo del cánnabis que cinco estados considerarán este noviembre.
- Y la más trascendental, forzar a que gobernadores republicanos de estados como Texas o Florida tomen pasos similares para finiquitar este capítulo en la Guerra contra la marihuana.
Dependiendo de cómo se den las elecciones de noviembre, el movimiento para despenalizar el cánnabis en todo el país cogerá fuerza. Hasta entonces, el indulto de Biden solo es una medida anecdótica en un contexto mucho más grande sobre la marihuana y el crimen en Estados Unidos.