Osasuna venció con solvencia en
Mendizorroza a un
Alavés que tiene peor pinta a cada jornada que pasa. De momento ha disputado cuatro y no sabe lo que es puntuar, de nuevo derrotado en un duelo que desnudó todas sus carencias, que no son pocas. El gol parece una quimera, los centrocampistas ni juegan ni destruyen y la defensa es de papel. Demasiado hándicap para plantar cara a un
Osasuna que enmendó con autoridad la goleada encajada la jornada pasada en casa ante el
Valencia para acostarse sexto en la clasificación.
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