Jurgen Klopp había dejado claro en la previa que el
Liverpool tenía prisa por sumar la mayor cantidad de puntos posibles en un grupo tan complicado. Y con esa intención, y con la sombra de las goleadas que le había endosado al
Porto en ‘
Do Dragao’ en sus dos últimas visitas, el cuadro inglés no tuvo demasiados problemas para doblegar a los de
Sergio Conceiçao. Ni rastro de ese equipo portugués que hace unas semanas compitió con
el cuchillo entre los dientes ante el
Atlético de Madrid en el
Metropolitano.
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