Requiem para el PRI
Como todos los seres y entes que nacen, crecen, se desarrollan, y mueren, de la misma manera el PRI naci?, se consolid?, se desarroll?, comenz? su declive, y ahora despu?s de enfrentar varias agon?as, muere.
El PRI nace en medio del caos postrevolucionario, en donde pasamos del todos contra Porfirio D?az a todos contra Victoriano Huerta (la cucaracha) hasta el todos contra todos. Ah? nace el PRI con el nombre del Partido Nacional Revolucionario en 1929, para tratar de aglutinar y ordenar a la clase pol?tica nacional para dar cohesi?n al pa?s y evitar m?s caos y asesinatos.
El PRI contin?a su desarrollo y en 1938 con el nombre de Partido de la Revoluci?n Mexicano, bajo la batuta del general L?zaro C?rdenas, el partido alcanza su mayor?a de edad al incluir una amplia base social obrera y campesina, y al establecer un mito fundacional como el nacionalismo revolucionario, comenzando un despegue extraordinario que se consolida en 1946, cuando asume el nombre de Partido Revolucionario Institucional, el cual como sus siglas lo indica busca institucionalizar un Estado de Bienestar fruto del movimiento revolucionario de 1910. A partir de entonces, con el petr?leo y la compa??a de luz como empresas estrat?gicas, el mito fundacional del nacionalismo revolucionario, un programa econ?mico de sustituci?n de importaciones, una cohesi?n a prueba de balas, el PRI alcanza su plenitud al mismo tiempo que M?xico crece a tasas de seis a ocho por ciento anual, en un per?odo conocido como el desarrollo estabilizador, que causaba admiraci?n a propios y extra?os.
Sin embargo, todo lo que nace tiene que morir. Cuando mejor estaba el PRI, en su momento de mayor plenitud, es m?s cuando M?xico se preparaba para mostrarse al mundo como el primer pa?s en v?as de desarrollo en organizar unos juegos ol?mpicos el diez de octubre de 1968, sucede lo incre?ble, el PRI se da un balazo que pas? cerca del coraz?n, se avent? por la azotea de la casa, se tir? a los rieles del tren, se avent? al metro y qued? sumamente lastimado al asesinar a los j?venes estudiantes en la masacre del dos de octubre de 1968, las flores perecen cuando se riegan con sangre.
El dos de octubre de 1968 nunca se olvid? y la canci?n de Ojal? de Silvio Rodr?guez resonaba desde el auditorio nacional abarrotado hacia todas las conciencias de M?xico, marcando el d?a exacto del punto del quiebre del PRI.
El d?a en que los integrantes de un partido pol?tico asesinan a sus v?rgenes, a sus inocentes, a sus idealistas, ese d?a anuncian su despedida, ese d?a se suicidan y cavan su propia tumba.
El PRI deambula enfermo de un c?ncer que lo corroe, el mismo que termina con D?az Ordaz, su situaci?n se agrava con el Fobaproa, con el error de diciembre, con la deuda externa sofocante, con la celebraci?n del Tratado de Libre Comercio de Salinas que da ingreso al pa?s al nefasto mundo neoliberal.
Cuando al fin el PRI va a caer muerto, diez minutos antes de su muerte, el PAN aparece en el a?o 2000 y toma la estafeta por doce a?os en donde gobierna la ignorancia, la improvisaci?n, y los gabinetes Montessori, para que el PRI aparezca nuevamente como por obra del demonio y retome nuevamente el poder con Pe?a Nieto tan s?lo para confirmar su diagn?stico, el PRI hab?a muerto, no quedaba nada, s?lo un montaje al m?s puro estilo de Loret de Mola, con la gaviota y todo.
Hoy, los fantasmas del PRI, as? como la llorona en Xochimilco, recorren el territorio, en pena por no reconocer sus errores, por la sangre derramada, por las traiciones a la patria, por la demencia de olvidar las pol?ticas de bienestar social que lo hicieron florecer un d?a, por la terquedad o locura de tratar de revivir a un sistema neoliberal que se abandona en todo el mundo.
As?, entre la locura, la demencia y la corrupci?n, termina el PRI.
RIP
Mtro. Jes?s Torres G?mez