La puntilla para la pequeña empresa: los sueldos suben un 6% hasta el mayor nivel de los últimos 30 años
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Las negociaciones entre empresas y trabajadores para acordar la subida salarial de este año, marcadas por una escalada de precios que en mayo se situó en el 8,7%, se ha convertido en el principal caballo de batalla de la negociación colectiva tras el fracaso de las conversaciones entre patronal y sindicatos para el AENC. Si bien las revalorizaciones por convenio que se están produciendo en lo que va de año alcanzan subidas del 2,36%, el mapa no es homogéneo y son las pequeñas y medianas empresas las que más están acusando la subida de costes laborales por varios frentes.
Concretamente, el salario ordinario bruto promedio de las empresas pequeñas del primer trimestre de 2022, de 1.505 euros mensuales, resulta 6% mayor que el de un año antes. Es el mayor aumento en casi 30 años. Para las empresas medianas (aquellas con entre 50 y 199 trabajadores, en las estadísticas salariales del INE), el crecimiento salarial fue un poco más moderado, aunque aun así significativo: +4,3%, hasta 1.875 euros.
Según señalan desde Cepyme, la subida del salario medio en las pymes se explica por tres razones principales: el fortísimo incremento del salario mínimo, desde 655,2 euros en 2016 hasta los 1.000 euros en 2022 (+52,6%); el impacto indirecto del aumento del salario mínimo y la creciente inflación en los convenios colectivos: la subida media pactada en lo que va de 2022 roza el 2,4%; y la reducción del número de desocupados y la dificultad para ocupar determinados puestos.
Tal y como señalan desde la Confederación, de por sí, las empresas pequeñas tienen una productividad media inferior, motivo por el cual sus salarios son más bajos que en las grandes empresas. Esa menor productividad hace que una subida generalizada de salarios, como ocurre ahora, es más difícil de sobrellevar para las pymes. «De hecho, en muchas empresas la subida salarial se realiza a costa de reducir los márgenes», advierten en la publicación del 'Indicador sobre la Situación de la Pyme'.
Transporte e insumos se disparan
En este sentido, no solo la cuestión de los salarios está añadiendo presión a la asfixia que sufren las pymes. En 2021, los costes laborales de las pymes aumentaron un 7,6%, impulsados por la subida de la remuneración salarial ordinaria en un 8,7%. En las empresas pequeñas, el incremento de los costes laborales ha sido mayor: 8,6%, con el salario promedio creciendo 9,6%.
Si bien la magnitud del incremento está magnificada porque un año antes el salario medio cayó un 5,9%, ese 9,6% recién mencionado es la mayor subida del salario medio de las pequeñas empresas, al menos, desde 2009. En las compañías medianas, la presión de los costes laborales ha sido más moderada al aumentar un 5,0% en 2021, con el salario medio creciendo un 6,2%. En el promedio de 2021, en las empresas de menos de 50 trabajadores, la remuneración salarial ordinaria creció hasta 1.469 euros mensuales, al tiempo que en aquellas con entre 50 y 199 ocupados alcanzó los 1.845 euros al mes.
El precio de los servicios que utilizan las pymes subió un 2,2% interanual en el último trimestre del año pasado. El incremento fue mayor para las pequeñas empresas (+2,6%) que para las medianas (+1,9%). El coste de los diferentes servicios incluidos en esa variación general osciló dentro de un rango amplio.
En un extremo, los servicios de transporte, con un incremento interanual de 18,1%. Les siguieron, aunque a una importante distancia, los servicios postales y de correos, con un aumento de 4,2%. En el otro extremo, hubo dos servicios cuyos precios se redujeron, aunque ligeramente. Uno fue el de las agencias de empleo y trabajo temporal (-0,9%) y el otro fue el de depósito y almacenamiento (-0,1%).
Dentro de la variable suministros se incluyen los precios, no solo de los bienes intermedios que utilicen las pymes, sino también el coste de la energía (principalmente electricidad, pero también gas, derivados del petróleo y suministro de agua) y de los bienes de equipo. El coste de los insumos fue acelerando su ritmo de incremento conforme avanzaba el año pasado. Así, se llegó al cuarto trimestre con una subida interanual de 38%, que es la de mayor magnitud en más de 15 años. También aquí las empresas pequeñas sufrieron un incremento más pronunciado (+42,2%) que el de las firmas medianas (+33,8%).
La explicación a tales incrementos radica en el aumento del precio de la energía, que alcanzó al 89,4% interanual, que es también la variación más grande en al menos 15 años.
Debilidad pese a la recuperación
El conflicto en Ucrania refuerza la subida de los costes mientras debilita la demanda por la pérdida de poder de compra que conlleva la inflación más alta y por la mayor incertidumbre. «El mayor otorgamiento de crédito bancario y el mantenimiento de los tipos de interés en niveles muy bajos son un auxilio no menor a la situación financiera de las pymes», celebran los autores del estudio advirtiendo aún así de que la situación de las pymes «no es de fortaleza»: la rentabilidad es más baja que en el período 2017-2020 y el endeudamiento total continúa siendo demasiado alto como para garantizar la solvencia, pese al enorme esfuerzo de desapalancamiento de los últimos años.