Fact-fiction: ‘Midway’. La espectacularidad y la precisión histórica van de la mano
Roland Emmerich es un director alemán conocido por cintas como Independence Day (1996), Godzilla (1998) o El día de mañana (2004). Películas sobre destrucciones y catástrofes con un componente fantástico que apabullaban al espectador con efectos especiales mientras dejaban de lado la coherencia narrativa o el desarrollo de personajes.
Con Midway, Emmerich ha intentado resarcirse. La película es un empeño personal que el director quería rodar desde hace décadas y para el que ninguna gran productora de Hollywood quiso invertir. Según Variety, con sus 100 millones de presupuesto se ha convertido en una de las películas independientes más caras de la historia.
Existe una película de 1976 con el mismo nombre, protagonizada por Charlon Heston y Henry Fonda. Esta fue muy criticada por elegir a actores mucho mayores que aquellos que lucharon en la batalla o por reutilizar metraje de otras películas bélicas. Los creadores de esta nueva versión dicen haber intentado ser fieles a la historia, ya que, de haberse inventado algo, habrían hecho «un flaco favor a los sacrificios de estos hombres», tal y como explica el guionista Wes Tooke.
La película también se aleja del enfoque de Pearl Harbor, la cinta que Michael Bay dirigió en 2001 y que en su momento se comparó con Titanic por utilizar la catástrofe como fondo para contar una historia de amor. Midway arranca en el climax de aquella, en el ataque a la flota de Pearl Harbor, en diciembre de 1941 y relatando los hechos que sucedieron durante los meses siguientes, para culminar en la batalla de Midway, en junio de 1942.
El papel de Japón en la guerra
Al contrario que otras películas bélicas, Midway dedica parte de su tiempo a explicar por qué el Imperio del Japón atacó Pearl Harbor en primer lugar y las Islas Midway después. En el prólogo de la película se nos muestra a Edwin Layton (Patrick Wilson), agregado naval de la Embajada estadounidense en Tokio, conversando con el Almirante Yamamoto (Etsushi Toyokowa) cuatro años antes del ataque a Pearl Harbor.
Yamamoto le deja caer que Japón solo entraría en guerra con EE.UU si viera amenazado su suministro petrolero, algo que finalmente sucedió. Aunque esta conversación, como muchas otras en el film, se ha creado con fines dramáticos, Yamamoto y Layton se conocían y charlaron en varias ocasiones durante el tiempo que Layton estuvo destinado en el país nipón.
El presidente Roosevelt sometería a Japón a un bloqueo comercial y un embargo de petróleo, tratando de frenar las ansias de expansión de su imperio. Una circunstancia que Japón aprovechó para atacar por sorpresa la base que los estadounidenses tenían en el Pacífico, Pearl Harbor y fortalecer así su posición en la zona.
El Centro de Visitantes de Pearl Harbor asegura que el ataque se muestra de una manera más precisa que en la propia película de Pearl Harbor. El ataque supuso la entrada inmediata de EE.UU en la Segunda Guerra Mundial. Roosevelt puso un ojo en Europa y otro en el Pacífico, donde Japón conquistó varios territorios en los meses que siguieron al ataque.
Tal y como se describe en la película, la Marina estadounidense estaba en una situación de inferioridad respecto de la japonesa, tanto en fuerza como en experiencia. Estados Unidos ganó la batalla del Mar de Coral, en mayo de 1942, pero dejó aún más tocada a su flota.
Japón también recibió daños severos en sus portaviones, pero ya estaba diseñando la que sería la batalla que acabaría con las fuerzas estadounidenses en el pacífico. Lo que no esperaban es que la Marina acabaría averiguando el lugar y el momento del ataque.
El papel fundamental de los criptoanalistas
Las Islas Midway son un territorio no incorporado de EE.UU, situado a medio camino entre Tokio y la costa oeste de EE.UU. Su posición estratégica podía servirle a Japón para atacar y destruir la flota que los estadounidenses tenían en el Pacífico. Tal y como relata la película, Edwin T. Layton, convertido en oficial de Inteligencia Naval, lideró una unidad que consiguió descifrar parte del código naval japonés JN-25.
Los hechos ocurrieron como se describen en Midway: Los criptoanalistas descubrieron que los japoneses planeaban atacar un lugar codificado como “AF”. Se produjo un desacuerdo entre los analistas del Pacífico con los de Washington acerca del significado de “AF”, tal y como la película relata.
La confirmación de que Midway era el lugar sobre el que se planeaba el ataque llegó después de que la base americana mandase a Pearl Harbor un mensaje falso indicando que sufrían escasez de agua potable. Los japoneses, en sus comunicaciones, se hicieron eco de que “AF” sufría escasez de agua, revelando, así, sus planes.
Estados Unidos envió refuerzos a la zona y los japoneses iniciaron el ataque a la isla sin percatarse de que la flota estadounidense era superior a la esperada, incluyendo la presencia del portaviones Yorktown, seriamente dañado en la Batalla del Mar Coral y reparado en tiempo récord. Tras sufrir la peor derrota de su historia naval desde 1592, Japón mantendría un papel más defensivo durante el resto de la guerra.
La película contiene exageraciones impropias de la Historia
Samuel J. Cox, director del Comando de Historia y Patrimonio Naval, centro que participó en la película como consultor, cree que ésta captura el coraje y el sacrificio de aquellos envueltos en la batalla, «pero para aquellos que conozcan la Batalla de Midway, está llena de cosas que no están del todo bien».
Que el Teniente Dick Best (Ed Skrein) practique un aterrizaje sin flaps en el portaviones es propio de una ficción «a lo Top Gun», recalca Cox en Usa Today. «Si hubiera hecho eso, le hubieran quitado las alas y lo hubieran expulsado como aviador naval».
Algunas escenas de batalla contienen exageraciones visuales y argumentales añadidas con fines dramáticos. Sin embargo, el hecho de que algunos de los torpedos no funcionen y que los bombarderos no confíen del todo en ellos se adecúa a la realidad. «Durante esa parte de la guerra, nuestros torpedos eran poco fiables. Y eso está representado», dice Cox.
El consultor asegura que a pesar de que hay momentos que podrían parecer «una patraña de Hollywood», la cinta sigue siendo la «la película más realista sobre combate naval jamás hecha». Cox se refiere a escenas como en la que Bruno Gaido, el personaje interpretado por Nick Jonas evita que un avión japonés dañado se estrelle contra el portaaviones Enterprise. Al verlo, el personaje de Jonas corre por la cubierta del portaviones hasta un bombardero estacionado y abre fuego, consiguiendo derribar el avión enemigo.
El guionista del film, Wes Tooke añadió que en un mundo lleno de cine de superhéroes, su película muestra a «un superhéroe real». Gaido fue capturado y ejecutado por el ejército japonés, aunque no sucedió tan rápido como en la película: el marine habría sido torturado durante días. Además, no hay constancia de que los japoneses arrojasen su cuerpo al mar atado a un ancla o que este método de ejecución fuera habitual entre el ejército.